Un equipo de cirujanos de Nueva York informó que había realizado el primer trasplante del mundo de un ojo entero.
La operación consistió en extraer parte de la cara y todo el ojo izquierdo de un donante e injertarlos en el receptor: un obrero que perdió la visión tras chocar con un cable de alta tensión.
Este tipo de operación nunca se realizó en una persona viva, por lo que, durante mucho tiempo se creyó imposible. Eduardo Rodríguez, que dirigió la operación, con una duración de 21 horas, refirió que se utilizaron guías de corte en 3D específicas para cada paciente.