Una mujer decidió fabricar pinceles con los pelos sueltos de su gato y llamó a su “empresa”, “Michi-Brochas”.
La dueña del felino al notar que su gato estaba mudando de pelaje, decidió agarrar una cantidad de ello para posteriormente apiñarlo y cortarlos para que sean de un mismo tamaño y cumplan su principal función, el de pintar.
De manera burlesca, la dueña del felino afirma que el gato y ella tienen su empresa el cual lo denomina “Michi-Brochas”, “Michi” en referencia al gato y Brochas al artefacto creado para pintar.
Para finalizar, la mujer pone a prueba el aparato y muestra el resultado de una pintura hecho con el pincel, con lo que afirma “si sirven, mira”.