Era empleada de un supermercado chino y al enterarse que había sido despedida, arrojó al piso todas las botellas de vino y otras bebidas alcohólicas.
El hecho sucedió en en la ciudad santafesina de Rafaela. Anterior al hecho, dijo que: “Recibiendo un despido, sin justificación, ignorándome y corriéndome del lugar sin querer darme al menos una razón”.
Tras el incidente, reconoció que estuvo cegada por el enojo, pero afirmó que lo hizo por los constantes maltratos, retos y “manotazos” recibidos.
“Las injusticias a veces no se ven del otro lado, y a mí me jugaron en contra todas esas cosas al momento de reaccionar”, lamentó.
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