El explorador de cuevas, Gerry Keene, estaba a 150 metros bajo tierra en una nueva aventura, cuando de pronto iluminó a una perrala cual intentaba acurrucarse en la losa de una roca.
El explorador describe que el animal estaba muy delgado, con el pelaje muy enredado y estaba demasiado débil para moverla cola o gemir.
El explorador explica que no vio algo igual antes, si bien encontró peces y otro tipo de anfibios en sus anteriores aventuras, pero nunca vio un perro el cual no se sabía cuánto tiempo estaba en el lugar.
“Nos dimos cuenta de que sería difícil sacarla porque estaba demasiado débil para caminar”, dijo Keene, de 59 años
El mismo instante en el que llegó un ayudante del jefe de bomberos, Rick Haley, un aficionado a la aventuras dentro de cuevas, se ofreció para entrar y ayudar a sacar al can.
“No se sabe cuánto tiempo había estado allí abajo, pero sabíamos que teníamos que sacarla”, dijo Haley
Los veterinarios explicaron que fue un milagro que hayan encontrado a la perrita la cual nombraron “Abby” y ahora es la mascota del explorador.