La minería de oro en la selva tropical brasileña está provocando la destrucción diaria de un área indígena del tamaño de cuatro campos de fútbol, evidenciando un alarmante impacto ambiental.
La ONG Greenpeace alertó sobre la devastación diaria de áreas indígenas en Brasil, equiparando la magnitud a cuatro campos de fútbol. La organización subrayó la necesidad de acciones contundentes para detener esta destrucción, señalando que la minería ilegal ha aumentado desde 2018, con estructuras organizadas y uso de maquinaria pesada.
En los últimos dos años la minería en los ríos del pueblo Munduruku ha devastado una extensa área, equivalente a más de 580 campos de fútbol destacando la magnitud del impacto ambiental y la necesidad de medidas inmediatas.
Greenpeace Brasil enfatizó la necesidad de una Amazonía libre de minería y llamó la atención sobre la situación crítica en los territorios de los pueblos Kayapó y Munduruku. A pesar de la ilegalidad de la minería en estas áreas, su actividad persiste y se intensifica, representando una grave amenaza para la biodiversidad y las comunidades indígenas.