Gracias a recientes estudios, investigadores han descubierto algunos de los misterios que rodean a los gustos culinarios de los animales, sobre todo de los gatos, que son incapaces de percibir el sabor dulce.
Un grupo de investigadores ha descubierto que las papilas gustativas de los felinos albergan los receptores necesarios para identificar el sabor umami, destacándolo como su preferencia principal.
Si se da a elegir a un grupo de gatos entre agua común y otra agua con sabor umami, prefieren el agua umami y, más concretamente, el agua que contenía compuestos umami presentes en el atún. Esta sería una explicación de por qué a los gatos les gusta tanto el pescado de agua salada. El umami sería el principal impulsor de las ganas de comer en los gatos y el atún su principal representante.
El sentido del gusto ayuda a los animales a evaluar las posibles fuentes de alimento. El sabor dulce es un indicador claro de que un alimento es rico en hidratos de carbono, por lo tanto una buena fuente de energía.
Los perros, en cambio, se alimentan de forma oportunista y aprovechan cualquier fuente de alimento disponible, ya sea carne, plantas o cereales, para lo que se encuentran genéticamente diseñados y esta podría ser una de las razones por las que los perros no son tan quisquillosos a la hora de comer.