Ante la prolongada ausencia de lluvias en Cataluña, España, algunos habitantes optan por resignarse, mientras otros intentan conservar agua y, en casos extremos, recurren a la oración para invocar precipitaciones.
En Barcelona, la comunidad católica se ha congregado en la Basílica de Santa María del Pi durante varios días para realizar una “rogativa de lluvia” dirigida al Santo Cristo de la Sangre, una práctica histórica en momentos de sequía.
La sequía persiste, lo que ha llevado a las autoridades a declarar la emergencia en más de doscientos municipios, y a promover inversiones para mejorar la gestión del agua, incluyendo la expansión de plantas desalinizadoras y estaciones de regeneración.