Muchos agricultores y granjeros advierten que el problema se les está escapando de las manos y que en un corto tiempo infestarían las ciudades. Varios expertos en el campo califican a está situación como “apocalíptica”.
La invasión puede llegar a extenderse hasta por un lapso de dos años, en caso de no tomar las debidas medidas de emergencia para exterminar esta plaga de roedores de los campos agrícolas de este país
El vicepresidente de la asociación agricultora NSW Farmers Xavier Martín declaró que los productores se vieron forzados a abandonar las granjas y los campos de cultivo por temor a que los ratones se coman toda la cosecha, antes de ellos poder extraerla.
Los roedores causaron daños en los inmuebles invadidos equivalentes a millones de dólares. Sin embargo el gobierno de Nueva Gales del Sur anunció la entrega de 50 millones de dólares en colaboración a los afectados por la plaga.