Según Mohamed Abdel-Aty y Shengxuan Ding de la Universidad Central de Florida, tras analizar datos de 2,100 vehículos autónomos y 35,133 conducidos por humanos durante seis años, los sistemas autónomos reducen significativamente las colisiones por alcance, frontales, laterales y salidas de vía, responsables del 90% de los accidentes en España.
Abdel-Aty y Ding destacan que los vehículos autónomos están equipados con “sensores y software avanzados que pueden analizar rápidamente el entorno circundante y tomar decisiones basadas en los datos recibidos”. Esto, según los autores, ha demostrado ser más eficaz que la conducción humana en la mayoría de los casos estudiados.
Sin embargo, señalan que los humanos superan la eficacia de los sistemas autónomos en condiciones de baja visibilidad y en maniobras de giro, entre dos y cinco veces más. Aún así, advierten que los vehículos autónomos enfrentan desafíos significativos para mejorar la percepción y detección de peligros, así como para desarrollar sistemas de toma de decisiones más robustos y a prueba de fallos.
Los investigadores proponen soluciones como la fusión de sensores y la implementación de tecnología V2X (vehículo a todo), que permite compartir información sobre peligros detectados con otros vehículos y sistemas de seguridad vial. Reconocen que, a pesar de los avances, los vehículos autónomos aún tienen dificultades para interpretar las intenciones humanas y adaptarse a las señales sociales y psicológicas, lo que puede resultar en situaciones como frenadas de emergencia o accidentes.
En resumen, aunque los vehículos autónomos muestran ser más seguros que los conducidos por humanos en la mayoría de los escenarios, los investigadores enfatizan la necesidad continua de mejorar su capacidad para enfrentar desafíos específicos, antes de alcanzar la autonomía completa.