El sábado 24 de febrero, durante la misa que realizaba el párroco Felice Palamara, del pueblo de Pannaconi de Cessaniti, en la región de Calabria, sur de Italia, sufrió un intento de envenamiento al momento de consagrar la misa. El cura sintió un olor extraño cuando acercó el vino a su boca, habían introducido lejía al vino. Por lo que el cura manifestó no sentirse bien y posteriormente llamó a la policía.
Palamara, señaló que no es la primera intimidación debido a que anteriormente encontró en su buzón varias cartas anónimas con amenazas de muerte y además provocaron varios daños a su vehículo. De acuerdo con las investigaciones que se efectúan, otros curas de las zonas aledañas también habrían sido intimidados por sus sermones.
Actualmente la ciudad esta siendo gobernada por un interventor ya que el alcalde renunció a su cargo en agosto del 2023, debido a una operación policial sobre posibles influencias mafiosas en la administración local. Por otra parte, para resguardar la seguridad del párroco, la comisaria de policía le otorgo vigilancia las 24 horas del día.