Se trata de un fenómeno climatológico natural, es decir que no es provocado por el hombre del cual, además, se tiene conocimiento, por lo menos, desde finales del siglo XIX.
Se teme que esta vez pueda causar importantes severas sequías y severas inundaciones que dañen la producción y el incremento de enfermedades sobre todo en las regiones de América Central y el Caribe, siendo estas las zonas que mas afectadas podrían resultar.
“Las alertas tempranas implican la necesidad de emprender acciones tempranas y preventivas, y vamos a apoyar a nuestros miembros al respecto en la medida en que lo permitan los recursos”, aseveró Rein Paulsen, jefe de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO.
Redactado por: Alejandro Ayo