Sergio Rodrigo Méndez Mendizábal, exjefe de gabinete de Arturo Murillo, fue deportado desde Estados Unidos y posteriormente aprehendido en Bolivia por cargos de lavado de dinero.
Méndez, junto con Murillo, estuvo implicado en la compra irregular de gases lacrimógenos, un suceso que involucra soborno y sobreprecio en la adquisición de estos materiales, la investigación reveló que la empresa Bravo Tactical Solutions (BTS) se adjudicó de forma directa la compra por cerca de $us 5,6 millones, con un sobreprecio de $us 2,3 millones. Tanto Murillo como Méndez fueron sentenciados en Estados Unidos por estos delitos.
Eduardo del Castillo, ministro de Gobierno, confirmó la llegada de Méndez al país y su posterior aprehensión, señalando que ahora deberá enfrentar a la justicia por sus actos.
Este caso es parte de una trama más amplia que ha sacudido a la política boliviana, involucrando a altos funcionarios del gobierno anterior en actividades ilícitas.