A pesar de ser una enfermedad silenciosa y no mortal, la falta de comprensión y de tratamientos efectivos hace que la vida cotidiana de quienes la padecen sea un desafío constante. Los expertos en dermatología instan a la sociedad a aumentar la conciencia y empatía hacia esta condición. Actualmente, se están realizando investigaciones para desarrollar mejores tratamientos y, potencialmente, una cura, pero la necesidad de apoyo emocional y psicológico sigue siendo crucial para los afectados.