Ocurrió en Santa Cruz. Un ladrón ingresó por un pequeño espacio a robar a una tienda de barrio.
El hombre observa si hay alguien cerca, y procede a sujetarse de los barrotes para elevarse e ingresar por el pequeño cuadrado destinado a la entrega de los productos.
De forma inmediata, procede a extraer dinero en efectivo, vuelve a verificar que nadie lo observe, y deja el comercio por el mismo lugar de entrada, con el dinero en la mano.