Ramiro Rojas Limachi, tiene 38 años, trabaja toda la noche limpiando parabrisas. Su mirada se llena de lágrimas cuando habla de sus hijos. Tiene cuatro pequeños a quienes mantiene y solo quiere verlos bajo un techo y con el pan de cada día. Al verlo trabajar, muchos podrían decir que carga una mochila, pero no, en su espalda está su pequeña hija de dos años, en uno de sus bolsillos lleva consigo un pequeño biberon con un poco de leche fría, ese el alimento que tendrá hasta el día siguiente. Sus únicas herramientas de trabajo son un limpia parabrisas y un balde lleno de agua y jabón. El es Ramiro, el escogido de hoy para mostrarles una historia más de la gente que trabaja por las noches.