Desde la extensión de la pandemia. Según los datos recogidos por investigadores de la Universidad de Oxford, en septiembre pasado, apenas el 2,1 por ciento de la población de los 27 países más pobres había recibido una dosis contra la Covid-19. Solo el 0,3 por ciento de los 5.760 millones de dosis se aplicaron en los países de ingresos bajos.
Amnistía Internacional denunció el comportamiento de AstraZeneca, BioNTech, Johnson & Johnson, Moderna, Novavax y Pfizer: “Esas seis empresas, al mando del despliegue de vacunas contra la Covid-19, alimentan una crisis de derechos humanos sin precedentes al negarse a renunciar a sus derechos de propiedad intelectual y compartir su tecnología”.
Pero los ingresos brutos y los beneficios netos que acapara las Big Pharma gracias a las patentes son escandalosos. Según Amnistía Internacional, tres de las seis firmas más grandes que producen vacunas anticovid -BioNTech, Moderna y Pfizer- obtendrán unos 130 mil millones de dólares hasta fines de 2022.
El costo de producción de una dosis anticovid varía entre 1 y 2 euros. Los gobiernos del Norte la compran a un precio entre 10 y 20 veces mayor . Así es como Pfizer vende una dosis al Estado de Israel por 23 euros y a la Unión Europea por 19,50. Hay que señalar, además, que el precio pagado por la Comisión Europea por cada dosis de Pfizer pasó de 15,50 a 19,50 euros entre fines de 2020 y el verano de 2021. La vacuna de Moderna, que costaba 19 euros, pasó a 21,5 euros.
Según un estudio las Big Pharma en tiempos de coronavirus han obtenido ganancias extraordinarias y se estableció mediante una estimación que a finales de 2021 el norte de Estados Unidos y gran parte de Europa volverán a la normalidad.
Para mediados de 2022 el Sur de EE.UU. y los países de Sudamérica como Brasil, Perú, Argentina, Chile, Uruguay y parte de Asía. Para finales del 2022 se tiene previsto la vuelta a la normalidad al continente Asiático. Bolivia y Paraguay volverían a la normalidad para principios de 2023.