Al inicio, dos perritos dejaron que su amo les echara agua para bañarlos, para que esten limpios.
Sin embargo, uno de ellos no duró ni un minuto estando limpio, ya que fue hacia el jardín de su casa para cometer su travesura.
No contento con ensuciarse una vez, este se había revolcado varias veces, a tal punto de que su pelaje blanco quedó completamente negro.