Utilizaba su belleza para buscar a sus victimas que eran contactadas mediante Tinder en cuyas cuentas Consuelo Rivero Hoyos se presentaba como abogada y funcionaria de la ONU.
Julio Chirinos creyó haber encontrado a la mujer de sus sueños, la conoció por Tinder, él desde Lima – Perú y ella desde Santa Cruz – Bolivia, hasta que Consuelo decidió viajar al país vecino y enamorarlo hasta manejarle sus tarjetas bancarias y quedarse con un departamento valuado en $us 100 mil.