Estos alimentos facilitan la aparición de problemas cardiovasculares y otros trastornos que aumentan el riesgo de mortalidad.
Recientemente se mostró que también causa problemas en el cerebro, deteriorando la memoria y hasta podría llegar a sufrir algún tipo de demencia.
Se sabe que la demencia no es una enfermedad, sino, un nombre que se usa para englobar síntomas que afectan a la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales.
La Academia Americana de Neurología ha desarrollado durante diez años, un proyecto en el que se analizaron los perfiles de 72.000 británicos mayores de 55 años, los cuales no sufrían demencia.
Retomaron el estudio, una década después y encontraron a personas que desarrollaron algún tipo de estos trastornos en el cerebro, para compararlos con el resto. En los resultados no solo se encontraron que las personas que consumían ultraprocesados tenían mayores probabilidades de desarrollar demencia, sino que incluso existía una proporción relacionada con la ingesta.
Los autores del estudio publicado en la revista científica ‘Neurology’ que por cada aumento de un 10 % de consumo diario de comidas ultraprocesadas las personas elevaban un 25 % las posibilidades de desarrollar algún tipo de estos problemas en el cerebro.