Julia tiene 50 años y durante 7 años soportó en silencio insultos y golpes. Vivió en carne propia la violencia económica y psicológica. “Aún las heridas duelen”, asegura.
Entretanto, María del Carmen, de 44 años estuvo al borde la muerte. Una mañana de febrero del 2014, su esposo la atacó a golpes. “Se subió encima de mí y comenzó a golpearme. Yo creí que eran puños pero me punzaba algo. Me golpeó con clavos en los ojos para dejarme ciega”, recuerda ella.
Julia también vivió un episodio violento, con los ojos llenos de lagrimas, ella recuerda que un día la golpeó tanto su pareja que fue a dar al hospital. “Era tan normal los golpes que lo había naturalizado”, dice Julia. Ella se callaba, hacía de todo y obedecía para que su esposo no la golpee. María del Carmen prefería irse a la casa de su madre con sus hijos para evitar el maltrato.
Julia dejó el círculo de la violencia hace cuatro años. “Vivo más tranquila, duermo y estoy en paz conmigo misma”, asegura; Su sueño es entrar a la Universidad y estudiar derecho al igual que María del Carmen, ella estudia en un colegio nocturno, quiere salir bachiller y su sueño también es estudiar derecho para defender a las mujeres que al igual que ella son víctimas de la violencia machista.
Julia es costurera. María del Carmen trabaja como asistente en un buffet de abogados. Aunque las heridas de la violencia aún duelen, ellas han decidido seguir adelante.
El agresor de María del Carmen purga una condena de 20 años de prisión en la cárcel de El Abra por tentativa de feminicidio. Mientras, el ex esposo de Julia, asistió a terapias para controlar su ira, pero ella ya no volvió con él.
“Digamos basta al primer golpe, sopapo e insulto”, dice Julia. Las estadísticas revelan que 51.611 mujeres fueron víctimas de la violencia de género en Bolivia el 2022 y 94 perdieron la vida en manos de un hombre que alguna vez les prometió amor y terminó asesinándolas.