Después de que Vladimir Putin reconociera la dependencia de las regiones separatistas, autoridades ucranianas exigieron a los países occidentales una respuesta severa contra Rusia.
El mandatario ruso ordenó el despliegue de tropas en las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Rusia ya tiene más de 150 soldados en la frontera de Ucrania.
En el 2014 ya murieron 14.000 personas en la región por los conflictos con los separatistas.
El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, acusó a Moscú de pretender resucitar a la URSS y advierte al país sobre momentos difíciles, pero que está seguro de vencer.
Por su parte, Joe Biden prohibió interacciones financieras con las dos regiones separatistas ucranianas y anunció sanciones.
Reino Unido también comunicará una serie de sanciones económicas que “golpearán con fuerza a Rusia”.
Rusia ha hecho caso omiso de las amenazas e instó a todos los países a reconocer la independencia de estas dos regiones y ratificó acuerdos de ayuda entre ambos con una duración de 10 años.
La secretaria general de la ONU, Rosemary DiCarlo, expresó que “Las próximas horas y los días que vienen serán críticos. El riesgo de un conflicto mayor es real y se debe evitar a cualquier precio”.
Sin embargo, el gobierno de Rusia dijo que está dispuesto a negociar.
Según fuentes ucranianas dos militares murieron y 18 resultaron heridos y separatistas prorrusos culparon al gobierno ucraniano por la muerte de tres civiles. En la línea de frente en Ucrania hubo numerosas violaciones del alto el fuego en los últimos días.
Autoridades ucranianas acusan a Moscú de difundir falsa información.