La denominada “Rueda de la Fortuna” se desplomó de manera súbita en un céntrico parque de diversiones de Santa Cruz, un suceso que, si bien no fue instantáneo según relatan testigos, culminó con la estructura en el suelo y dejó a decenas de personas atrapadas entre los fierros retorcidos, lo que requirió el despliegue de al menos siete ambulancias para el traslado de los afectados hacia centros médicos.
Mientras los paramédicos atendían a las víctimas, entre las que se confirmaron casos con posibles fracturas y contusiones, incluidos niños y mujeres, los vecinos y afectados comenzaron a cuestionar abiertamente la falta de controles minuciosos en estos juegos mecánicos, cuyas estructuras son frecuentemente armadas con materiales precarios.
Esta negligencia, que ya ha sido señalada en repetidas oportunidades a nivel nacional, implica una grave responsabilidad para los propietarios de los juegos y exige una reflexión urgente por parte de las autoridades para normar y supervisar con rigor estos espacios de esparcimiento, a fin de evitar que la diversión se transforme nuevamente en pesadilla.