El fin de semana salimos de nuestra realidad, nos damos un tiempo de descanso, olvidamos la rutina. A la hora de volver al trabajo, al colegio o universidad los días lunes se nos dificulta. Algunas personas hasta tienden a sentir temor y ansiedad cuando va acabar el fin de semana.
No siempre podrás cambiar la rutina, el horario o tus obligaciones, puedes pensar y mentalizarte que la semana será diferente y positiva. Nuestros cerebros aman la previsibilidad y la rutina.
Una investigación ha demostrado que la falta de rutina se asocia con la disminución del bienestar y la angustia psicológica.
Aunque el fin de semana es un tiempo placentero, y nuestro cerebro trabaja duro para acomodarse a este repentino cambio de rutina, no hacemos ni pensamos lo mismo que entre semana.
El cerebro no necesita hacer demasiado esfuerzo para adaptarse a la libertad y la falta de rutina del fin de semana. Sin embargo, es muy diferente cuando se trata de volver a las actividades menos placenteras, como una lista de tareas pendientes, clases o trabajo un lunes por la mañana.
Por eso te tenemos 3 consejos que pueden ayudarte a que no odies tanto los lunes.
1. Mantén rutinas TODA la semana
Una de las formas que más puede ayudar a nuestro cerebro a procesar lo que va a suceder, es mantener una rutina que se mantenga toda la semana y los fines de semana sin falta, que sea la misma para que el cerebro se acostumbre a esta y no le cueste tanto empezar la semana al día siguiente. Realizar actividades que tengan el poder de hacer que nuestras vidas sean más significativas.
En estas actividades puedes tomar en cuenta el ir al gimnasio, leer un libro, salir a caminar o ver un programa de televisión favorito. Es útil hacer estas cosas a la misma hora todos los días.
Cuando tenemos una rutina establecida, ya sea la rutina de trabajar cinco días y tomarse dos días libres o participar en una serie de actividades todos los días, nuestras vidas se vuelven más significativas, por eso hay que darle una ayudita a nuestro cerebro y acostumbrarlo a un ritmo que no le cueste mucho procesar.
2. No modifiques tu alarma
Es importante y esencial que no modifiques tus horas de sueño, mantén las mismas entre semana y fin de semana.
Las investigaciones muestran que mantener un tiempo de sueño constante puede ser tan importante para disfrutar los lunes como la duración o la calidad del sueño.
Cambiar los patrones de sueño durante el fin de semana desencadenan el desfase horario social.
Dormir más tarde de lo habitual y durante más tiempo en los días libres puede crear un desacuerdo entre el reloj biológico y las responsabilidades impuestas socialmente. Esto está relacionado con niveles más altos de estrés el lunes por la mañana. Te da flojera realizar las actividades en los distintos horarios porque no mantienes el mismo.
Trata de mantener un horario fijo para acostarte y despertarte, y evita las siestas.
También puedes crear una rutina de “relajación” de 30 minutos antes de dormir, apagando o guardando tus dispositivos digitales y practicando técnicas de relajación.
3. Engaña a tus hormonas
El cortisol es una hormona multifunción muy importante que ayuda a nuestro cuerpo a controlar el metabolismo, regular nuestro ciclo de sueño y también nuestra respuesta al estrés, entre más cosas.
Usualmente se libera una hora antes de que nos despertemos, es lo que nos ayuda a sentirnos despierto y atentos a lo que pasa, luego de ello sus niveles bajan hasta la siguiente mañana a no ser que durante el día estemos bajo estrés.
Es una batalla constante entre nuestras emociones y la razón. Esto podría despertarnos en medio de la noche cuando estamos demasiado estresados o ansiosos.
No nos debería sorprender entonces que los niveles de cortisol, medidos en muestras de saliva de personas que trabajan a tiempo completo, tiendan a ser más altos los lunes y martes, con los niveles más bajos los domingos y feriados.
Como hormona del estrés, el cortisol fluctúa diariamente, pero no de manera constante. En la semana, apenas despertarnos, los niveles de cortisol se disparan y las variaciones suelen ser mayores que los fines de semana cuando tenemos el tiempo libre y sin pendientes.
Para combatir esto, necesitamos engañarla, entrenando al cerebro. En otras palabras, necesitamos activar nuestra corteza prefrontal del cerebro lo más rápido posible.
Esto se pude lograr haciendo ejercicios de relajación durante la semana, en especial y es mejor hacerlo los lunes. También pasar tiempo en la naturaleza es otro método, salir a la calle a primera hora del lunes o incluso durante la hora del almuerzo puede marcar una diferencia significativa, leer un libre y perderse en él es otra forma de hacerlo. Date tiempo antes de revisar tu teléfono, las redes sociales y las noticias.
Es bueno esperar a que el pico del cortisol disminuya naturalmente, lo que ocurre aproximadamente una hora después de despertarse, antes de exponerse a factores estresantes externos.
Puedes seguir estos consejos y así ayudar a tu cerebro a ver que los lunes no son tan malos como parecen.
Fuente: The Conversation