El vicepresidente Edmand Lara acusó directamente al viceministro de Defensa Social, Ernesto Justiniano, de recibir dinero de narcotraficantes para brindar cobertura y protección, tras calificarlo como un cargo “puesto a dedo” en contraste con su propia elección democrática, en una escalada verbal que analistas ya advierten como un peligroso fuego cruzado al interior del gobierno.
Aunque Lara cuestiona la incapacidad de Justiniano para revelar a los propietarios de la empresa vinculada al container con 700 kg de cocaína incautado en Arica, el funcionario acusado responde con la frase “el ladrón piensa que uno es de su condición”, negando las imputaciones y reflejando una profunda fractura en la cúpula oficialista.
Esta denuncia pública, que también señala a Justiniano como el único que visualiza a la Policía Boliviana y a la FELCN como un botín, no solo expone graves señalamientos de corrupción, sino que coloca bajo la lupa la gestión de la lucha antidrogas en medio de un caso internacional de narcotráfico con destino a España.