Existen Ángeles personificados en la tierra que se encargan de alumbrar aun el rincón más oscuro, este es el caso de Martha Choque, de 39 años de edad, quien es propietaria de un kiosko a 15 metros de la entrada principal del Hospital de Niños Mario Ortiz, tienda llena de dulces, comida, pañales, pero sobre todo llena de amor.
Ella atiende su negocio desde hace 4 años, ya que antes de eso, Martha deambulaba por las calles vendiendo refresco para tener algo de dinero y llevar el sustento a su hogar, para ella y sus dos hijos.
Martha se puso como objetivo tener un trabajo estable, y cuando finalmente lo consiguió, prometió que ayudaría a las personas que más lo necesitan, porque en su momento a ella nadie la ayudo.
Afortunadamente lo consiguió, obtuvo su kiosco afuera del Hospital de Niños, y ahora ella ayuda a las mamás de los pequeños que no tienen recursos económicos para comprar pañales o comer algo, además de ayudarles con sus pasajes cuándo tienen que ir a realizar el algún estudio médico.
La señora Martha menciona que los niños son sus ángeles y a ella la conocen como la caserita solidaria.