El argentino es el Top One en la revista Forbes, superando a Cristiano Ronaldo y Neymar, sin embargo, no pudo marcharse del club por un tema económico.
Aunque Ronald Koeman haya dado por terminado el conflicto entre Lionel Messi y el FC Barcelona y el argentino se vea contento tras su reincorporación a los entrenamientos del club, lo que dijo hace un par de semanas no dejó espacio a dudas:
"Ahora voy a seguir en el club porque el presidente me dijo que la única forma de irme era pagar la cláusula de 700 millones de euros, y que eso es imposible, y que luego había otra manera que era ir a juicio", dijo a comienzos de septiembre al portal Goal.
El delantero dejó de manifiesto sus intenciones de partir del Barcelona y que no lo hizo solamente por un tema económico."Le dije al club, sobre todo, al presidente, que me quería ir. Se lo llevo diciendo todo el año".
"Yo pensaba y estábamos seguros que quedaba libre, el presidente siempre dijo que a final de temporada yo podía decidir si me quedaba o no y ahora se agarran a que no lo dije antes del 10 de junio cuando resulta que el 10 de junio estábamos compitiendo por la Liga en mitad del virus este de mierda y de esta enfermedad que alteró todas las fechas. Y este es el motivo por el que voy a seguir en el club…", explicó en la entrevista.
Resulta a lo menos irónico que tras su decisión de quedarse en el cuadro azulgrana, la revista Forbes lo sitúe como el futbolista mejor pagado del mundo, superando la barrera de los 1.000 millones de dólares a lo largo de su carrera.
Según la publicación, el argentino es el Top One de los futbolistas que más dinero reciben, con un total de 126 millones de dólares. Esta cifra suma los 92 a partir del salario y 34 millones por extras como publicidad, derechos de imagen.
El caso de Messi es similar al de muchos futbolistas de elite, quienes a pesar de ganar cifras millonarias no tienen poder de decisión sobre el club en el que quieren jugar, ya que sus contratos tienen cláusulas de salida prácticamente imposibles de pagar.
Son "cárceles de oro", donde los jugadores tienen todas las regalías, sin embargo no pueden decidir su futuro profesional. Ya le pasó a Neymar en el PSG, quien al ver que el club parisino no cumplía sus expectativas, quiso retornar al Barcelona pero su cláusula de rescisión se lo hacía imposible.
Algo que se lo había advertido su compañero en el Barcelona, Gerard Piqué, pero que no tomó en cuenta.
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