El cuerpo del menor de 11 años fue sepultado en un cementerio de Yapacaní, Santa Cruz, en cuyo recorrido la población exigió justicia para el menor ultrajado.
El crimen deja un vacio en la familia y también importantes deudas económicas.
Durante los primeros meses de hospitalizacion del menor, los gastos en médicamentos obligaron a la madre a prestarse del banco la suma de 20.000 dólares, pero la familia que se dedica a vender comida ya no cuenta con los recursos económicos.
Entre tanto la casa del terror, donde ocurrieron las violaciones se encuentra habitada por el abuelo de los denunciados, quien reveló que tiene un hijo que está preso en Palmasola por Robo, un nieto que esta detenido en Chile por narcotráfico y los demas nietos estan detenidos por violación y atracos.
La familia lamenta la pérdida del pequeño de 11 años, que tras ser ultrajado contrajo VIH – SIDA. Falleció el jueves por la mañana, tras ser intubado en el Hospital de Niños Mario Ortiz, de Santa Cruz.