El presidente del Salvador dijo “Estoy aquí para decirles algo que muchos pensaban que era imposible. Y que hasta hace poco nadie hubiera creído que fuera así. Estamos a punto de ganar la guerra contra las pandillas”.
La política “Mano Dura Contra las Maras” de Bukele según varios sectores de la población, fue enormemente funcional, la remodelación de las estructuras penitenciarias ha elevado la población recluida en el Salvador a niveles exorbitantes, llegando hasta más del 2% de la población adulta recluida.
Desde armamento de última tecnología hasta el establecimiento de un estado de excepción, han sido los mecanismos claves para iniciar una persecución que no da tregua a los criminales o “terroristas” como el presidente los denominó.
No obstante, varios grupos civiles y organizaciones defensoras de los derechos humanos han pegado el grito al cielo, cuando los arrestos se incrementaron casi al doble luego de establecerse el estado de excepción en el país, que se prolongó 2 meses, tras un sangriento fin de semana en el que las pandillas mataron a 100 personas.
La ONG Amnistía Internacional defensora de los derechos humanos, ahora pretende entregar un informe que especifíca la violación de los derechos humanos en 30 casos, su directora, Erika Guevara Rosas, es la que encabeza esta investigación.
Desde este punto, el “Plan Control Territorial” del gobierno entró en acción, con una reorganización en las cárceles, y una estricta reforma en las leyes que condenaba hasta menores de edad pertenecientes a las pandillas.
Más del 80% de la población salvadoreña ha confirmado lo que tanto buscaba Bukele, la erradicación de la inseguridad. A través de las redes sociales muchos han manifestado su aprobación e incluso han llegado a mencionar una reelección para la próxima gestión.
Sin embargo, no todos los juicios emitidos son positivos, periodistas y sectores de la prensa han incurrido en investigaciones que han apuntado al gobierno de Nayib como un colaborador más de las pandillas.
Específicamente han mencionado el reconocido y a la ves temido nombre de Herbert Saca, de quien se sabe ha sido el nexo entre narcotraficantes y presidentes en el pasado, y el gobierno de ahora no es la excepción.