Un adolescente que presentaba pérdida de olfato fue examinado por médicos quienes diagnosticaron hipertrofia de cornetes que se asocia con alergias o inflamaciones de los senos nasales y le recetaron un aeroantihistamínico. Sin embargo, sus sintomas nasales producía un olor fétido cada vez que se sonaba la nariz.
Era un caso extraño por lo que le realizaron una tomografía computarizada que reveló una esfera de 9 milímetros de diámetro. El personal médico extrajo la esfera y encontraron un perdigón (proyectil del cartucho de escopeta) que lo tenía desde que era niño y sus padres no se percataron en ese momento.
Lograron sustraer dicha esfera. La operación resultó ser complicada porque con el pasar del tiempo se había ido cubriendo con tejidos nuevos es por eso que no podía expulsarlo al sonar la nariz.
La preocupación de los médicos era que el caso llegue a presentar dificultades y se produzcan infecciones, incluso podía llegar a la mandíbula y los ojos provocando obstrucciones en la garganta si el proyectil descendía.