Tratando de huir de su lugar de origen, un joven marroquí decidió atravesar el mar sin importar nada. Llevaba atadas a su polera varias botellas de plástico, un ingenioso sistema que había creado lo ayudó a mantenerse a flote.
Las imágenes muestran su cansacio y angustia por llegar a la orilla. El es uno de los cientos de jóvenes que luchan por intentar llegar a España desde el pasado lunes. Hasta el momento, se ha registrado el ingreso de setecientos cuarenta personas entre niños y adolescentes.
La experiencia del muchacho fue bastante dura. Ante la desesperación, comenzó a llorar por la frustración y a implorar de rodillas a un militar que tenía delante que lo deje pasar. El carabinero le tuvo compasión y trató de consolarlo, sin embargo lo acompañaron al borde de la valla negándole el ingreso a este país.
Este adolescente puso resistencia en un principio pero cedió ante la imposibilidad de escapar. Luego de este panorana, los efectivos abrieron las puertas para que salga del territorio español. Según el Ministerio del Interior de España muchos inmigrantes fueron rechazados desde la frontera.
La ley española impide el regreso de menores que se encuentran sin sus padre o sin un tutor. Los niños se encuentran agolpados en carpas que sirven de albergues y otros deambulan por las calles. La mayoría de ellos provienen de familias pobres, no asisten a una unidad educativa e incluso trabajan para solventarse.
Un militante marroquí de derechos humanos, Omar Naji, calificó de “impresionante” la cuestión migratoria.