Los niños no pierden su inocencia en medio de una desgracia. Tras la fuerte granizada que cayó en Quillacollo pequeños armaron un muñeco de nieve con el granizo que quedó en las calles.
Ayer el agua ingreso a las viviendas y el granizo hizo que pequeños tinglados de restaurantes se vinieran abajo. Sin embargo, una pequeña nos explicó como junto con sus hermanos consiguieron olvidar el mal momento.
“Feo ha llovido”, dijo, “nos hemos asustado grave”. “Luego hemos juntado toda la nieve y hemos armado el muñeco”, contó.
Los hermanitos lo caracterizaron con un par de gafas, una gorra, una chalina y la tradicional nariz de zanahoria.
El simpático muñeco ha llamado la atención de los transeúntes. Fue creado en un juego inocente y hasta podría ser la versión quillacolleña del tierno Olaf de Frozen.