El 12 de noviembre, en la zona de Corani Pampa, ubicada en el municipio de Colomi, en el trópico de Cochabamba, se produjo un trágico suceso que involucró a Thadhashy L., un taxista contratado por Cristian S., un hombre dado de baja del Ejército, para realizar un viaje hacia Pucamayu.
Según las investigaciones, Cristian S. había ofrecido armamento militar a los comunarios que participaban en los bloqueos en el sector de Parotani, pero, tras recibir el dinero a cambio de las armas, no las entregó, ya que no las poseía.
Ante la situación, los pobladores comenzaron a exigirle la devolución del dinero, pero esto nunca ocurrió. Por esta razón, Cristian fue nuevamente convocado a la comunidad bajo el falso pretexto de que habría más personas interesadas en adquirir armamento.
A las 6:00 de la mañana del 12 de noviembre, Cristian y Thadhashy se trasladaron al lugar. Al llegar, los comunarios le exigieron la devolución del dinero, mientras sometían al taxista a una serie de torturas físicas y psicológicas. Durante este tiempo, Thadhashy logró comunicarse con su esposa, Trinidad M., y le pidió que reuniera 27.800 bolivianos para su liberación.
En una segunda llamada, le pide a su esposa los Bs. 27.800, que pedían los comunarios para que no sea colgado.
En la tercera llamada, la esposa confirma que cuenta con el dinero y que se encontraba en camino.
En la cuarta llamada, los comunarios le advierten que el tiempo se acaba; además, le dan indicaciones de cómo llegar al lugar.
En la quinta llamada, ya no se escucha más al taxista, sino solamente a los comunitarios, quienes le dieron un plazo de media hora a Trinidad para llegar con el dinero.
Con la ayuda de familiares, Trinidad logró reunir el dinero y se dirigió al lugar junto con la hermana del taxista, Lisa L., y un militar de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), Juan R. A pesar de las advertencias de la Policía, que les aconsejaba no ingresar a la comunidad, los familiares decidieron arriesgarse y entrar para intentar rescatar a Thadhashy.
A las 23:00 horas, la hermana de Thadhashy se comunicó por última vez con su hija, indicándole que estaban cerca del lugar. Sin embargo, al día siguiente, los celulares de los 3 habrían sido apagados a las 7:00 de la mañana.
Poco después, comenzaron a circular audios en los que un hombre, presuntamente de Puka Mayu, afirmaba que habían capturado al “jefe” de un grupo de ladrones y convocaba a los pobladores a sumarse a su linchamiento.
En las grabaciones, también se mencionaba que los comunarios habían sido estafados por Thadhashy en la suma de 27.000 bolivianos y que la esposa de este estaba llevando el dinero, pero que eso no resolvería la situación. Además, en los audios se amenazaba con matar a quienes intentaran intervenir, incluyendo a la Policía.
Según la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), los comunarios, al ver que entre los familiares se encontraba un militar, temían represalias si los dejaban libres, por lo que decidieron quitarles la vida a las tres personas. Ernesto Almaraz Chura, uno de los presuntos autores materiales del crimen, confesó que las dos mujeres suplicaron por sus vidas, mencionando a sus hijos, pero fueron ignoradas por la turba enfurecida.
El 14 de noviembre, un grupo de policías intentó ingresar a la comunidad, pero fue rechazado por los comunarios. Finalmente, el 18 de noviembre, los investigadores de la FELCC, junto con dirigentes de comunidades aledañas a Pucamayu, lograron coordinar una intervención. Se estableció que las víctimas habían sido asesinadas el mismo día de su ingreso al lugar.
Los cadáveres de Thadhashy, su esposa y el militar fueron enterrados en una fosa común en la localidad de Villa Jorka, mientras que la quinta víctima, un teniente del Ejército que intentó escapar, fue encontrado en otro sector, donde también fue asesinado.
Hasta la fecha, dos personas han sido aprehendidas, una de ellas capturada en la avenida Villazón, en Cochabamba. No obstante, aún se busca a más implicados en este macabro hecho.