Juana Santiago Chávez, una anciana de 85 años llegaba todos los días a vender verduras a las afueras de un mercado en Oaxaca, México. Sin embargo, un día su corazón dejó de latir y falleció en el lugar sin que nadie se percatara.
Los otros locatarios pensaron que se había quedado dormida. Al pasar las horas se percataron que algo no estaba bien. Ahí se dieron cuenta que la pobre mujer había fallecido sin que a nadie le importara, según informa la prensa azteca.
“Estuvo así, ‘sentada’, por mucho tiempo sin que nadie notara que ya no contaba con signos vitales, literalmente trabajó hasta morir y a nadie le importó”, dijo Adub Santos, editor y redactor del diario de la región El sol de la costa.
Foto: Shutterstock
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