Luana D’Orazio, 22 años, murió el pasado 3 de mayo en un accidente laboral en una fábrica textil de Montemurlo, Italia. La joven, que llevaba un año trabajando en la empresa Orditura Luana, acabó dentro de la urdidora, la máquina que permite preparar la estructura vertical de la lona que constituye la trama del tejido.
De acuerdo a la información oficial, la chica quedó atrapada en el rodillo de la maquinaria en la que estaba trabajando y fue arrastrada. Junto a ella se encontraba un compañero que en ese momento estaba de espaldas y “no escuchó gritos de auxilio”.
Según la autopsia, la joven murió por aplastamiento provocado por los engranajes de la urdidora, en la que se enganchó y que al succionarla la mató instantáneamente.
“Mi hija era hermosa, buena, estaba contenta con el trabajo que hacía, aunque a veces todos los trabajos pesan, pero a ella le gustaba trabajar”, dijo a Corriere Emma Marrazzo, madre de Luana.
“La tragedia es grande no solo para mí sino también para los empleadores, el dueño está destruido. Me dijo que lo siente y no sabe cómo sucedió”, agregó la mujer.
También pidió que no vuelvan a ocurrir tragedias como esta: “No más muertes en el trabajo, no debería ocurrir a los veinte, a los sesenta o a los setenta”, recalcó.
La de Luana es la segunda muerte de un trabajador en una empresa textil en Italia en lo que va de año. En febrero, Sabri Jaballah, de 23 años, perdió la vida aplastado por una prensa en Montale.
Hoy, 10 de mayo, en toda la Toscana, será día de duelo general en memoria de Luana con motivo del funeral de la joven. Mientras tanto, continúa la recaudación de fondos para ayudar a la familia de la trabajadora, madre soltera que dejó a un niño de cinco años, ahora al cuidado de sus abuelos.
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