El caso ocurrió el año 2016 en Singapur. La víctima fue una joven mujer de 24 años que trabajó como empleada doméstica para la familia Murugayan. su empleadora de 41 años junto a su madre la sometieron a una serie de abusos y agresiones físicas que llegaron a costarle la vida.
La violencia que soportó durante 14 meses fue desde los jalones de cabello, empujones, quemaduras con plancha, insultos, gritos y finalmente hasta la fractura del cuello que fue la causa de su muerte.
En los pasados meses un juzgado de Singapur determinó dar como sentencia la máxima sanción, cadena perpetua para la mujer agresora. Esto como ejemplo para que no se vuelvan a repetir hechos similares.