Su condición no fue impedimento para superarse en la vida
Rodrigo tiene 31 años y es una persona no vidente. Él nació prematuro y los médico no tuvieron cuidado al trasladarlo a una incubadora, es ese momento el sufrió un daño irreversible en su vista.

Tuvo el apoyo de su familia y amigos en su etapa escolar y poco a poco la tecnología se convirtió en algo fundamental.
Rodrigo utiliza al menos 3 aplicaciones que le “facilitaron la vida” para el es muy facil enviar un mensaje, un video hasta una ubicación, y ni que fecir de las redes sociales.
“Dejar el celular por un momento es como caminar sin mi bastón” nos cuenta entre risas.
Él también tiene un gran sueño, es ser un músico reconocido, toca la guitarra, el acordeón y el teclado y se esfuerza día tras día para cumplir su objetivo.
“Una persona con discapacidad visual puede hacer lo que hace cualquier persona, nunca debe rendirse, luchen por sus sueños” fueron las palabras de despedida de Rodrigo, que retorna en las próximas horas a Santa Cruz, su ciudad natal.
Redactado por: Tatiana Miranda