Jorge Antonio Díaz Solís nació en Panamá pero es cordobés por adopción. Emigró de su país natal hace cinco décadas para cumplir su sueño: estudiar medicina. Pero por cuestiones económicas todo se fue postergando.
Estudió en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y durante 12 años, vivió en un cortadero de ladrillos, se levantaba de madrugada y caminaba cuatro horas por día para ir y volver del hospital donde hacía sus prácticas.
Se quedó sin trabajo, un día un profesor lo vio durmiendo en el suelo y se comunicó con el Ministerio de Desarrollo Social para conseguirle un hogar.
“A los estudiantes de hoy les diría que sean honestos con sus propios deseos, que pidan ayuda y nunca traicionen a sus familias”, reflexionó.
A los 78 años finalmente logró recibirse en la Universidad de Córdoba. Ahora sueña con volver a Panamá para llevarle el título a su mamá, de 97 años.
“Quisiera decirle a mi madre que le he cumplido el sueño. Que he llegado a la meta final de mi vida”, dijo emocionado.
La mujer tiene 97 años, aún vive en Panamá y todavía no se enteró del gran logro de su hijo. “Le cambiaron el número de teléfono y no puedo comunicarme. Tendría que buscarla en la guía telefónica, pero no existen acá en Córdoba”, indicó.
“Espero que no se me muera antes. Tengo miedo que no me reconozca porque está con Alzheimer”, se lamentó Jorge.