La española Sandra Sánchez vivió un momento inolvidable al quedarse con la medalla de oro en la modalidad de Kata en los Juegos Olímpicos Tokyo 2020.
“No me lo creo, creo que tengo que volver a ver el kata, mirarme por la pantalla y decir: ah, pero si esa soy yo”, fueron las palabras de la karateca, cuya historia es de admirar, ya que en un momento decidió dejar este deporte para cuidar a su madre con cáncer.
Sandra Sánchez se enamoró del Karate desde los cuatro años luego que viera a su hermano practicar este deporte, cuando ella estudiaba baile.
Al inicio, sus padres pensaban que el deseo de la deportista era querer imitar a su hermano, pero ocurrió todo lo contrario, ya que durante su adolescencia y juventud desarrollo una exitosa carrera.
Sin embargo, todo cambió cuando tenía 20 años debido a que su madre le detectaron cáncer. Ello hizo que Sandra dejara el centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde entrenaba diariamente, para estar al lado de ella en difícil momento.
Afortunadamente, su progenitora ganó la batalla, pero al querer volver al Karate, la Federación no se lo permitió por ya no estar en la edad para la alta competencia.
Sandra Sánchez, quien dejó en claro que no se arrepentía de dejarlo todo por su madre, empezó a dictar clases de Karate, hasta que conoció a Jesús del Moral, su actual entrenador y persona que la alentó a volver a lo suyo.
“Cuando Jesús cree en mí, me crecen alas”, expresó la karateca sobre Moral, quien actualmente es su pareja.
Su esfuerzo y entrega le permitieron vencer a la japonesa Kiyou Shimizu y bañarse en oro en Tokyo 2020.