Probablemente te hayas enamorado alguna vez, ¿recuerdas la intensidad de tus emociones? ¿Qué sentías cuando estabas cerca de esa persona especial? muchos coinciden con lo cuán extraño que uno tiende a actuar al principio, esa sensación de nervios o “mariposas en el estómago”, como es normalmente descrita esta sensación, típica de esta primera faceta de enamoramiento.
El cerebro, el órgano herméticamente más complejo, con 86,000 millones de neuronas y billones de conexiones entre ellas, cuenta con diferentes áreas, neurotransmisores y hormonas que alteran su actividad y concentración durante la etapa del enamoramiento.
Se ha llegado a afirmar que el amor causa el mismo efecto que causaría la droga en el cerebro, y de ser así, esta, sin duda alguna, vendría a ser una de las más potentes que existen.
Nuestro sistema de recompensa se inunda por la cantidad de dopamina que segrega nuestro cerebro sobre el núcleo accumbens, neurotransmisor, considerado como el centro del placer en el cerebro y sobre el lóbulo prefrontal que es el que condiciona nuestra forma de actuar en la insaciable búsqueda de aquello que nos produce placer, el amor, en este caso.
Dentro del cerebro existen hormonas como la oxitocina y la vasopresina que durante el enamoramiento se liberan, desde el hipotálamo, centro regulador, favorecen la liberación de dopaminas sobre estas áreas en el cerebro. Este sistema de recompensa se encuentra también con frecuencia activo en personas con drogodependencia.
Muchos han sentido temor e incertidumbre tras haber iniciado una relación, pero estudios cognitivos que fueron llevados a cabo con personas enamoradas señalan que el nivel de alerta parece reducir a medida que uno comparte más tiempo junto a la persona de la que se enamoró. Por este motivo, el que uno ya no sienta esa misma sensación de euforia que probablemente sintió al principio no significa que se dejó de querer al otro, simplemente el amor ha madurado. Entonces, pasamos de idealizar al otro a aceptarlo y amarlo tal como es.
Redactado por: Alejandro Ayo