Desde el inicio de la pandemia hasta la fecha, en el país asiático se registraron 1.36 millones de personas contagiadas de coronavirus de las cuales 23.600 han perdido la vida. Estas cifras hacen que el presidente Rodrigo Duterte haya dado un ultimátum a quienes todavía no se vacunaron.
En un programa de televisión el presidente filipino que es aclamado por su modo grosero de hablar en sus discursos indicó: “si no quiere vacunarse, haré que lo arresten y luego le inyectaré la vacuna en las nalgas”.
Duterte añadió que buscará los modos legales para poder encarcelar a las personas que se resistan a inocularse. Esta medida se basará en la actual y vigente ley de emergencia sanitaria para poder pasar el proceso de vacunación de voluntario a obligatorio.