El ministerio de Sanidad de Eslovaquia, en un intento de frenar una de las tasas de infección por coronavirus más altas del mundo, empezó a aplicar el confinamiento para las personas no vacunadas contra el COVID-19.
El confinamiento establece que las personas sin vacunar tendrán prohibido entrar en tiendas que no sean consideradas esenciales, como las de comestibles o las farmacias, incluso con una prueba de coronavirus negativa.
El primer ministro Eduard Heger, dijo: “Hemos recurrido a un confinamiento enérgico de los no vacunados, porque tenemos que protegerlos”.
Eslovaquia tiene la cuarta tasa de infección más alta del mundo, con 917 nuevos casos de COVID-19 por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días, según un cálculo de AFP, por detrás de Eslovenia, Austria y la vecina República Checa.
Asimismo, en este país del centro de Europa de 5,4 millones de habitantes y miembro de la Unión Europea, solo el 45,7% de la población está totalmente vacunada.