Varios latinoamericanos, hace mucho tiempo quisieron pasar la frontera e ingresar a Estados Unidos para cumplir el “sueño americano”, con el objetivo de tener una vida mejor. Pero la mayoría de los casos terminó en tragedia, debido al control riguroso que existe. Las personas tienen que ir encerrados en un camión para cruzar al otro país.
Un hecho lamentable sucedió en el desierto de Arizona. Claudia Marcela Pinela, una madre colombiana junto a sus dos hijos salió de su nación para encontrarse con su esposo. Ella contrató los servicios de un “pollero”, que se encarga de hacer cruzar la frontera a personas indocumentadas. El chofer se asustó y decidió dejarlos en medio de la nada.
El día soleado no les favoreció, tenían mucha hambre y caminaron por varias horas. Al no resistir, Claudia hizo una desgarradora llamada a la policía mexicana. Ella indicó que estaba a punto de desmayarse y envió sus coordenadas. Cuando las autoridades llegaron, vieron que la niña de 11 años y la madre fallecieron.
El único sobreviviente fue el pequeño de 3 años. El padre de las víctimas los esperaba en EE.UU. Él mencionó que fue culpa del “coyote” que los abandonó.