Desde pequeña Sandra Bustamante quiso ser médico. Su pasión es ser médico intensivista y por la falta de personal trabaja 12 horas.
Llega cansada a su domicilio donde le espera su hijo y sus padres.
Pone en riesgo su vida para salvar otras vidas que en su mayoría no cuentan con vacunas.
Ella es una de los dos médicos intensivistas que hay en el Hospital del Norte.