La especie humana tienen la genética para convertirse en venenosa algún día. Según una investigación de científicos de la Universidad de Graduados del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa y de la Universidad Nacional de Australia.
la base genética requerida para que el veneno oral evolucione está presente tanto en reptiles como en mamíferos, haciendo evidencia de un vínculo molecular entre las glándulas venenosas de las serpientes y las glándulas salivales de los mamíferos. Alegó el estudio de los autores en un artículo para la revista PNAS.
Al analizar los tejidos de las glándulas salivales de los mamíferos, como perros, chimpancés y humanos, y vieron que contenían sus propias versiones de estos genes. Descubrieron que los genes seguían un patrón de actividad similar al observado en las glándulas del veneno de serpiente, por lo que sugieren que estos dos tipos de glándulas comparten un núcleo funcional antiguo.
El científico y primer autor del estudio, Agneesh Barua, explica en un comunicado que, si bien muchos científicos “han creído intuitivamente que esto es cierto”, esta investigación proporciona “la primera evidencia sólida real de la teoría de que las glándulas venenosas evolucionaron a partir de las glándulas salivales tempranas”. Mientras las serpientes incorporaron muchas toxinas diferentes en su veneno y aumentaron la cantidad de genes involucrados en su producción, los mamíferos, como es el caso de las musarañas, “producen un veneno más simple que tiene una gran similitud con la saliva”, concluyó Barua.