El libro "Batalla de hermanos", que devela nuevos capítulos de la relación entre el príncipe William y el príncipe Harry, todavía no se publica, pero ya causa revuelo. El autor, Robert Lacey, afirma que estuvieron dos meses sin ningún tipo de contacto tras la salida de los duques de Sussex de la Casa Real, además del enfado de la reina Isabel durante la llamada cumbre de Sandringham, la reunión en la que se establecieron los detalles de la despedida voluntaria de los Sussex.
Pero hay otro apartado que es el más polémico y que sería clave en su distanciamiento y que salpicaría directamente a Diana de Gales. Se han hecho muchos comentarios ya sobre la disconformidad del príncipe William ante el inminente compromiso de su hermano con Meghan Markle, más conocida hasta 2017 como una actriz estadounidense, asidua a alfombras rojas y fiestas de Hollywood.
Un rasgo en el que podría residir la desconfianza del duque de Cambridge, cuyo interés por que su hermano se tomara las cosas con calma hizo, según el libro de Lacey, que pidiera ayuda a Charles Spencer, el hermano de Lady Di, con la intención de que hablara con Harry y lo convenciera de que no se casara tan rápido.
Este gesto apelaba directamente al que es el punto débil de Harry, el recuerdo de su madre. Y al duque de Sussex, lejos de que las palabras de su tío le tocaran la fibra sensible, no le gustó nada que su hermano hubiera recurrido a él e implicara a otros miembros de la familia en una decisión de la que él estaba convencido y que había contado con la aprobación tanto de la reina Isabel como del príncipe Carlos.
Según afirma, fue el momento en el que el esposo de Markle decidió que sus caminos dentro de la Casa Real tenían que ir por separado, algo que no se hizo efectivo hasta 2019, cuando los Sussex crearon su propia fundación, separada de la de los duques de Cambridge, consigna Vanitatis.
Y parece que ahora la relación de los hermanos es más fría que nunca, a pesar de que han retomado cierto contacto. Pero eso podría terminarse también, ya que se dice que William está dispuesto a aceptar el nombramiento de capitán general del Cuerpo de Marines Reales, un cargo que ostentó el duque de Edimburgo hasta 2017 y posteriormente Harry, tomando la posta de su abuelo, al que adora.
En unos meses se cumplirá un año de la salida del príncipe de la Casa Real, por lo que, como se estipuló en la mencionada reunión de Sandringham, tendrá que olvidarse de sus honores militares, incluido este, que le hacía especial ilusión y que ocupará la persona que menos esperaba.
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