A pesar de que las redes sociales parece que solo están hechas para los ‘millennials’ y la generación Z, estas líderes de opinión digitales nos demuestran lo contrario.
Miriam de Paoli, de NO PAUSA (un proyecto de alcance latinoamericano que busca visibilizar el climaterio/menopausia con una perspectiva contemporánea e intergeneracional), agrega que cada vez hay mayor demanda por parte de las marcas de influencers de diferentes rangos etarios.
La influencer americana Lyn Slater (65) trabaja por ejemplo con las principales marcas de lujo del mundo y ha rechazado trabajar con la palabra “antienvejecimiento” cuando lo hace para una marca, de manera de cambiar justamente este tipo de conductas estereotipadas en la sociedad. Slater tiene casi 1 millón de seguidores y como creadora de tendencias muestra así el poder que puede tener Instagram, sin importar la edad.
Schellea Fowler de Australia es un claro ejemplo que apunta a personas de entre de 45 y 65 años y se basa en generar contenido de belleza, moda y bienestar.