La historia de Frank Báez, es un ejemplo de esfuerzo y superación. El dominicano era solo un adolescente cuando comenzó a trabajar como conserje en el Hospital Langone Tisch de la Universidad de Nueva York. Su labor era limpiar las habitaciones de los pacientes, los baños y los pasillos, los que ahora recorre como enfermero.
El joven quería ayudar a su madre para mantener a la familia. Poco a poco fue sintiéndose atraído por el campo médico y solicitó un trabajo transportando pacientes por el cercano Hunter College, un puesto que finalmente abandonó para poder terminar su licenciatura.
“Apenas podía hablar inglés cuando comencé a trabajar en la universidad. Ahora reflexiono sobre todo eso y me siento muy orgulloso de lo mucho que logré”, contó el dominicano, que llegó a Estados Unidos cuando tenía 15 años.
Con 29 años, Báez se graduó en 2019 como enfermero en la misma institución que le vio dar sus primeros pasos en el mundo laboral. “Nunca fui un estudiante sobresaliente. Sólo estudié mucho y trabajé mucho”, confesó. “Por supuesto, hubo ocasiones en que dudé de mí mismo, pero luego sentí que quería hacer algo más, que merecía algo mejor, que quería seguir avanzando y crecer”, explicó.
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