Investigadores egipcios descubrieron una ciudad dorada perdida bajo la arena que data de hace unos 3.000 años, en las cercanías de la localidad de Luxor, en el sur de Egipto y esta urbe ha sido bautizada como el Ascenso de Atón; sus orígenes se remontan al reinado del faraón Amenhotep III y posteriormente siguió siendo utilizada por Tutankamón.
Este espacio se trataría del asentamiento administrativo e industrial más grande de la era del imperio egipcio en la orilla occidental de Luxor, con calles y casas de hasta 3 metros de altura.
Tras este descubrimiento los investigadores determinaron que se trataba de una antigua ciudad que se había conservado en buen estado, con muros casi completos y habitaciones llenas de herramientas de uso cotidiano, ya que en otra zona se encontraron una panadería, una cocina con hornos y piezas de cerámica para el almacenamiento de alimentos.