Investigadores anunciaron que fueron encontrados cerca de Johannesburgo, Sudáfrica, 28 fragmentos de un cráneo diminuto y seis pequeños dientes, hallazgo que reabrió el misterio que rodea a los primos lejanos del hombre, llamados Homo naledi, cuyas primeras pruebas de existencia habían puesto en duda algunas teorías de la evolución.
Durante años, este rico yacimiento arqueológico, llamado la Cuna de la Humanidad, repleto de cuevas y fósiles prehumanos, y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, fue un tesoro de información para los paleontólogos.
Los restos fueron encontrados en un lugar casi inaccesible, al final de pasillos que a veces sólo miden 10 centímetros de ancho, según el estudio que se publicó en la revista científica PaleoAnthropology.
Pero para el Homo naledi, moverse por la cueva era probablemente más fácil, según uno de los científicos que participaron en el descubrimiento, porque eran seres más pequeños y por ello “mejores escaladores”, dijo Tebogo Makhubela a los medios.
“El verdadero misterio de esta criatura es por qué acabó allí”, dijo el paleontólogo Lee Berger, que dirigió la investigación, quien agregó que “algo sorprendente ocurrió en esta cueva hace entre 200.000 y 300.000 años”. El descubrimiento podría arrojar luz sobre la transición, hace unos dos millones de años, del primitivo australopiteco al primate del género Homo, el ancestro directo de los humanos.