En un contexto de creciente preocupación por el acceso a la salud en Bolivia, enfermarse se ha convertido en un verdadero calvario para muchos ciudadanos, debido al constante aumento de los costos asociados a la atención médica, los exámenes, los medicamentos y otros estudios.
Maritza Castillo, representante nacional de La Asociación de Profesionales Propietarios de Farmacias (Asprofar), subrayó que el sector farmacéutico se encuentra en una situación crítica y en estado de emergencia, ya que, a pesar de la implementación de medidas como el arancel cero para la importación de insumos, no se han logrado estabilizar los precios de los medicamentos.
Según Castillo, los precios de los fármacos han experimentado incrementos alarmantes de hasta un 10%, 15%, 40%, e incluso en algunos casos, un 100%.
Esta situación no solo está golpeando el bolsillo de la población, sino que también está provocando pérdidas económicas para los propietarios de las farmacias, quienes se ven obligados a afrontar márgenes de ganancia cada vez más reducidos.
En este contexto, la representante de Asprofar, instó a la población a optar por medicamentos genéricos como una alternativa más económica y accesible, ya que, además de ser más baratos, estos fármacos cumplen con los mismos estándares de calidad que los de marca.
Sin embargo, la crisis económica que atraviesa el país está afectando directamente tanto la producción local como las importaciones, lo que agrava aún más la situación.
Castillo también señaló que la industria farmacéutica boliviana produce al menos el 45% de los medicamentos que se consumen en el país, mientras que el resto depende de las importaciones, las cuales también se ven afectadas por las fluctuaciones del mercado internacional y los costos logísticos.
En este sentido, la representante del sector hizo un llamado urgente a las autoridades gubernamentales para que tomen medidas inmediatas que garanticen la estabilidad del sector y, por ende, el acceso de la población a los medicamentos necesarios para su salud.
El desajuste en los precios de los medicamentos pone en riesgo la salud pública, especialmente en un país como Bolivia, donde una parte significativa de la población vive en condiciones de vulnerabilidad económica.
El aumento desmedido de los costos no solo limita el acceso a tratamientos médicos adecuados, sino que también pone presión sobre el sistema de salud, que ya enfrenta serias dificultades para atender a la creciente demanda de servicios.